Sobre el maltrato sutil que nos hacen y nos hacemos.
Sunday, April 03, 2011
Tuesday, February 01, 2011
Entrevista a Deepak Chopra
“Si hay que buscar un icono de la medicina alternativa y de la unión entre las visiones occidentales y orientales probablemente será Deepak Chopra. Este médico indio-californiano ha llevado la filosofía de la India a los grandes públicos occidentales y ha popularizado la meditación y la medicina holística. Recientemente ofreció una conferencia en Palma. Entre otras cosas habló de la transformació n personal, el poder de la mente, el miedo a la muerte y de la “fórmula de la felicidad” cuyo secreto pasa por hacer felices a los demás. En esta entrevista habla de todo ello.
¿Creamos nuestra propia realidad?
Sí. Este mundo es un espejo de nuestra consciencia. No puedes verte a ti mismo sin un espejo, y este mundo es nuestro espejo. El espejo de la consciencia es el mundo que nos rodea.
¿Tiene algún sentido tratar de cambiar el mundo?
Si no me gusta lo que me ocurre, no hay remedio externo, solo es posible un cambio en la conciencia interna. Todas las relaciones son un espejo. Aquellos a los que amamos y aquellos que no nos gustan, son espejos. A través del espejo de las relaciones podemos ampliar nuestra conciencia. Nos atraen las personas en las que encontramos rasgos que queremos tener en nosotros mismos. Y no nos gustan las personas que tienen rasgos que negamos en nosotros mismos. Al pasar a una conciencia más elevada a través de reconocer el espejo de las relaciones reconoceremos que la atención y la intención son los propulsores de la transformació n. Aquello donde ponemos nuestra atención, existe. Aquello donde quitamos nuestra atención, desaparece. La atención se convierte en energía que crea las cosas y la intención se convierte en transformació n. Estos son los dos aspectos de la conciencia que empleamos para manifestar. A medida que empezamos a hacer esto experimentamos la realización sin esfuerzo.
No es nuestro trabajo cambiar la percepción o nivel espiritual de otros, pero si que podemos controlar nuestro propio progreso espiritual.
¿Estamos en el mundo o el mundo está en nosotros?
La experiencia habitual nos da la sensación de que existimos en el Universo, de que tú existes en algún lugar en el mundo. Eso es una mentira. La verdad es que todo el mundo existe en nosotros. El cuerpo y la mente existen en nosotros. El cuerpo, la mente y el mundo me ocurren. Tengo la mente y de la mente proyecto el cuerpo y del cuerpo proyecto el mundo. Es mi conciencia quien construye el mundo. Tú no estás ahí sino que estás en mi conciencia y yo estoy en tu conciencia. El lugar en el que yo estoy en tu conciencia y el lugar en el que tú estás en mi conciencia es el mismo lugar. No existes tú como un cuerpo físico allí fuera. Mi cerebro me permite verlo, pero mi cerebro no tiene una experiencia directa del mundo. Lo único que hace mi cerebro es responder a la electricidad, a lo químico, a las hormonas… y todo eso te crea a ti allí fuera. Pero tanto yo que te creo a ti como tú que me creas a mí, somos una conciencia que está experimentando con las formas y fenómenos.
O sea, que todo está conectado.
Cuando veas algo piensa: “eso está en mi. Esos árboles que están allí fuera son mis pulmones. Si ellos no respirasen yo no respiraría y si yo no respirase, ellos no respirarían”. La Tierra es nuestro cuerpo físico, la atmósfera es nuestra respiración, las aguas son nuestra circulación. No es cierto eso de que yo estoy aquí y el mundo está allí afuera. Tenemos un cuerpo personal y un cuerpo universal y los dos son nuestros, tanto uno como el otro. Cuando nos damos cuenta de que el mundo está en nosotros, tenemos con él una relación íntima. Además podemos tener un conocimiento íntimo del mundo, y a partir de este conocimiento alcanzamos la paz con el mundo. A partir de la paz reconocemos que el mundo, el universo, es un ser consciente. Es nuestro cuerpo extendido. Cuando somos tan íntimos con nuestro cuerpo extendido como lo somos con nuestro cuerpo personal nos habla, nos podemos comunicar. Cuando entramos en comunión como un ser conciente nos sorprende con dones en forma de sincronías y de coincidencias con significado.
¿Qué significa estar sano?
El bienestar incluye el aspecto físico, espiritual, económico, social, comunitario y medioambiental. Es una experiencia holística. No creo que podamos estar realmente bien si no está bien el organismo en su totalidad. Nos hemos de considerar parte del ecosistema y del medio ambiente. Si hay contaminación en el atmósfera, lo hay también en tu cuerpo porque se recicla en tus células. Hemos de cambiar nuestro enfoque respecto a nuestra comprensión de la salud. La salud es algo sagrado.
¿Hay un receta para ser feliz?
La felicidad tiene tres componentes. El primero se remonta a la infancia. Las personas felices tienen un condicionamiento cerebral que viene de los primeros años de vida, y que les permite ver oportunidades, donde otros ven problemas. Este condicionamiento del cerebro aporta cerca del 50% de la experiencia de felicidad.
El segundo componente son los bienes materiales y la cantidad de dinero que una persona posee, aportan aproximadamente el 10% de su experiencia de felicidad total. El restante 40% proviene de las decisiones que tomamos cada día. Si las opciones son solo para el placer añadirán muy poco a la felicidad, pero si las decisiones que tomamos dan lugar a la expresión creativa o a mejorar la calidad de nuestras relaciones, entonces seremos una persona más feliz. De hecho, las investigaciones demuestran que la forma más fácil de ser feliz es hacer feliz a alguien. Si quiere tener éxito en la vida, cree las condiciones para que otras personas puedan tener éxito. Se pueden conseguir todos los deseos personales haciendo felices a otras personas.
¿Ese 50% que hemos heredado de la infancia no lo podemos cambiar? ¿Qué hacemos con esas creencias que nos limitan?
Podemos cambiar las creencias que nos están limitando a través de la reflexión, es decir, cuestionar las creencias que nos limitan, y por supuesto la meditación. Tienes que preguntarte si esta creencia está basada en algo verdadero o no, y porqué pienso que es la verdad? ¿Podría ser que no sea la verdad? ¿Qué efecto tiene el apego a esta creencia? ¿Quién sería yo sin esta creencia? ¿Cuál es el opuesto de esta creencia, podría ser más verdadero? Esta es la base de las terapias cognitivas. Las creencias vienen de las religiones, las culturas, la historia, el adoctrinamiento social.
¿Cuál es la importancia de la belleza en nuestras vidas?
La belleza y el diseño son expresiones de la naturaleza. La belleza es lo que ve un artista cuando mira hacia dentro y luego echa la mirada hacia fuera y ve un reflejo de lo que está en el interior. Creo que en el futuro tenemos que combinar la belleza, el diseño y la creatividad con el comercio porque todo el comercio que hemos visto hasta ahora partía de la explotación. Los ricos explotaban a los pobres para crear negocio, y esto se está derrumbando ahora. El futuro del comercio reside en la justicia social, la eliminación de disparidades económicas, la sostenibilidad, resolución de conflictos y la belleza entendida como una expresión de la naturaleza. Esto creará una nueva economía en el futuro, ¡espero! Porque sino estamos acabados…
¿Qué podemos hacer para evitar el cataclismo?
La única manera de resolver los problemas del mundo es dar a las personas herramientas para crear su propio bienestar. También se pueden utilizar estas herramientas para fabricar el éxito en la vida. Es menos probable que una persona que sea feliz recurra a la injusticia social o se convierta en terrorista. Si la gente está contenta con lo que hace, físicamente bien, financieramente segura y participando en la red social de su comunidad, entonces no va a estar contribuyendo en los problemas del mundo. Vivimos en un mundo donde el 50% de la población sobrevive con menos de dos dólares al día. Y el 20% con menos de un dólar al día. Mientras existan disparidades económicas de este tipo, darán lugar a los grandes conflictos, las guerras, las injusticias sociales y la insostenibilidad, donde los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres. Las causas más profundas de la inestabilidad mundial se encuentran en el comportamiento egoísta de los países más ricos.
¿Crees que lo que hará que se produzca un cambio en el mundo será una revolución interior?
Es la única forma. No hay otra manera.
¿Qué piensas de los cambios sociales que están sucediendo en este momento?
Son momentos muy interesantes; todo se está derrumbando. El sistema económico, catástrofes naturales que afectan a todos. Si había una erupción volcánica en Islandia hace unos 100 años, no tenía importancia. Pero hoy afecta al mundo entero. Es la economía que sufre, se cancelan los vuelos a Europa, la economía europea sufre, los aeropuertos pierden millones… todo por el volcán, en unos pocos días. La economía de Europa afecta la economía de América, que luego afecta la de China e India, y pronto tenemos al mundo entero afectado por el volcán. Fíjate en los problemas económicos de Grecia, Afganistán y Pakistán, también afectan al mundo entero. Ahora, más que nunca, tenemos que darnos cuenta que los problemas de los demás también son los míos, no hay otra forma. Los problemas de Afganistán no solo afectan a mi vecino, me afectan a mi. Tengo que cuidar a mi vecino.
¿Crees que nos dirigimos hacia una civilización empática?
Eso espero. Porque es lo único que puede funcionar. Ahora mismo somos totalmente interdependientes; económicamente y de cualquier otra forma. No hay otra solución: si no cultivamos la justicia social y una reforma económica en la que las diferencias entre ricos y pobres no incrementan, sino que se van reduciendo, si no cuidamos el medio ambiente, si no aprendemos a resolver los conflictos pacíficamente. Las guerras ahora ya no tienen ningún sentido, si China depende de los EE.UU. para su economía, ¿qué puede solucionar una guerra? Todos dependen de los demás, las guerras son obsoletas. Si un país deja de gastar dinero en asuntos militares y empieza a gastarlo en infraestructuras, el resultado es una economía mejorada.
¿Cómo podemos conectar la mente con el corazón?
¡Ya están conectados! (risas)
¿Y cómo podemos recordarlo?
La meditación, la compasión, ayudar a los demás, todo esto nos reconecta. El budismo habla de cuatro cualidades: la amabilidad, la compasión, la alegría (de los éxitos propios y ajenos) y la paz mental. Cuando nutrimos esta cualidades en la consciencia, se reconectan el corazón y la mente.
¿Cuál es el secreto de la meditación?
La clave está en la constancia, practicar regularmente. Disciplina y diligencia. Pasar 20-30 minutos o más cada día, aunque no tengas ganas lo haces. Pronto tu cuerpo te lo empieza a pedir. Yo medito una hora y media temprano, cada mañana.
¿Qué nos pasa cuando morimos?
Lo que llamamos muerte no es más que un salto cuántico de la creatividad del ser. El universo se enciende y se apaga constantemente a nivel subatómico, a nivel molecular, a nivel de los órganos. El Universo se recrea en sí mismo, estamos constantemente muriendo para recrearnos. Si algún día tuviéramos éxito para conquistar la muerte el Universo se momificaría, se quedaría estático. Es a través de la muerte como el universo se actualiza y se renueva a sí mismo. Solamente hay unas células en nuestro cuerpo que no mueren: las células cancerígenas. Esas células han olvidado como morir. Si entendemos la muerte entenderemos la vida. La muerte es el apagado y el nacimiento, el encendido. Por cada apagado hay un encendido. Si muriéramos y no nos recreáramos, seríamos la única excepción en el universo entero.
¿Cómo podemos superar el miedo a la muerte?
El miedo a la muerte se debe a la falsa identidad. La falsa identidad es el yo aislado. El yo aislado es una alucinación, no existe. Cuando superas la separación del ego, entras en una identidad transpersonal en la que no hay muerte. Eres esta persona, como un patrón no permanente del universo. Solo existe lo universal, todo lo demás es un reciclaje del universo. Si mueves tu personalidad a nivel universal, te liberas del miedo a la muerte.
¿En qué se diferencia la mente del alma?
La mente siempre es una conversación, el alma es una presencia. A esa presencia llega el pensamiento pero luego se va. En esa presencia, llega una sensación o un sentimiento y luego se va. En esa presencia, puede llegar una experiencia del mundo y luego se va. Todo llega y todo se va. Solo queda la presencia. Esa presencia se conoce como una conciencia testigo, estaba ahí cuando nacimos, la personalidad llega luego y se va. Cuando éramos adolescentes teníamos un cuerpo, una mente y una personalidad diferentes, pero la presencia era la misma. Todo eso llegó y se fue en esa conciencia testigo.
Todo es vibración. ¿Qué implica esto?
Todo es vibración, esto implica que cuando cambias tu vibración, cambias la vibración del mundo. Es la única forma de cambiar el mundo, como dijimos antes que el mundo es un espejo. Pero lo más importante en saber que todo es vibración, es que significa que todo se enciende y se apaga. Si ponemos la atención en el ON de la vibración, todo es información y energía. Pero ¿qué hay entre el ON y el OFF? Lo importante no es la vibración, sino lo que hay entre la vibración: es consciencia. Es un campo de posibilidades, un campo de creatividad, un campo de inmortalidad. El secreto del universo no está en la vibración, sino en lo que hay entre la vibración, en el vacío. La palabra técnica para describir esto es discontinuidad.
Debemos transformarnos a nosotros mismos pero ¿de qué manera y en qué dirección?
En el sentido de un despertar a una conciencia más elevada. Despertando también la intuición, creatividad, visión más elevada, comprensión de la unión inseparable entre el cuerpo y la mente. Esto se consigue a través de la sanación de las emociones y del cuerpo físico.
Somos la especie de este planeta que con más frecuencia mata a miembros de su propia especie y la única que lo hace en el nombre de dios. Pertenecemos a una especie que ha causado la extinción de otras muchas especies y que ahora corre el riesgo de extinguirse. Esta es la parte oscura de la conciencia humana y no podemos negarla. Pero a la vez, la otra parte más luminosa, nos dice que somos una especie que se pregunta ¿de dónde vengo? ¿qué me ocurre cuando muero? ¿tengo alma en mi interior? Ningún otro animal se hace estas preguntas. Este es un momento muy importante en el que podemos preguntarnos cuál es el siguiente salto de la evolución.
Uno de los grandes científicos del último siglo, el Dr. Salk, descubridor de la vacuna de la poliomelitis, al final de su vida habló de la siguiente fase de la evolución humana, la denominó la fase de la evolución metabiológica: la evolución que está más allá de la biología, es la evolución de la conciencia.
Somos la única especie que es consciente de que es consciente. Podemos preguntarnos cuál es la naturaleza de ser conscientes. El doctor Salk dijo también que en la siguiente etapa de evolución se daría la supervivencia de los más sabios, no de los más aptos. La sabiduría se convertiría en el nuevo criterio de evolución. La supervivencia del más apto está siendo una etapa muy peligrosa de nuestra evolución.
¿Cómo podemos superar la dualidad que nos habita?
Sólo explorándonos a nosotros mismos, a través de la práctica de la meditación, un entendimiento intelectual, a través del amor y de la compasión.”
Entrevista realizada por Alberto D. Fraile Oliver- Revista Namaste
http://www.revistan amaste.com
Publicado en Buscadores de la Luz
http://espanol. groups.yahoo. com/group/ buscadoresdelalu z
http://buscadores. superforos. com/
¿Creamos nuestra propia realidad?
Sí. Este mundo es un espejo de nuestra consciencia. No puedes verte a ti mismo sin un espejo, y este mundo es nuestro espejo. El espejo de la consciencia es el mundo que nos rodea.
¿Tiene algún sentido tratar de cambiar el mundo?
Si no me gusta lo que me ocurre, no hay remedio externo, solo es posible un cambio en la conciencia interna. Todas las relaciones son un espejo. Aquellos a los que amamos y aquellos que no nos gustan, son espejos. A través del espejo de las relaciones podemos ampliar nuestra conciencia. Nos atraen las personas en las que encontramos rasgos que queremos tener en nosotros mismos. Y no nos gustan las personas que tienen rasgos que negamos en nosotros mismos. Al pasar a una conciencia más elevada a través de reconocer el espejo de las relaciones reconoceremos que la atención y la intención son los propulsores de la transformació n. Aquello donde ponemos nuestra atención, existe. Aquello donde quitamos nuestra atención, desaparece. La atención se convierte en energía que crea las cosas y la intención se convierte en transformació n. Estos son los dos aspectos de la conciencia que empleamos para manifestar. A medida que empezamos a hacer esto experimentamos la realización sin esfuerzo.
No es nuestro trabajo cambiar la percepción o nivel espiritual de otros, pero si que podemos controlar nuestro propio progreso espiritual.
¿Estamos en el mundo o el mundo está en nosotros?
La experiencia habitual nos da la sensación de que existimos en el Universo, de que tú existes en algún lugar en el mundo. Eso es una mentira. La verdad es que todo el mundo existe en nosotros. El cuerpo y la mente existen en nosotros. El cuerpo, la mente y el mundo me ocurren. Tengo la mente y de la mente proyecto el cuerpo y del cuerpo proyecto el mundo. Es mi conciencia quien construye el mundo. Tú no estás ahí sino que estás en mi conciencia y yo estoy en tu conciencia. El lugar en el que yo estoy en tu conciencia y el lugar en el que tú estás en mi conciencia es el mismo lugar. No existes tú como un cuerpo físico allí fuera. Mi cerebro me permite verlo, pero mi cerebro no tiene una experiencia directa del mundo. Lo único que hace mi cerebro es responder a la electricidad, a lo químico, a las hormonas… y todo eso te crea a ti allí fuera. Pero tanto yo que te creo a ti como tú que me creas a mí, somos una conciencia que está experimentando con las formas y fenómenos.
O sea, que todo está conectado.
Cuando veas algo piensa: “eso está en mi. Esos árboles que están allí fuera son mis pulmones. Si ellos no respirasen yo no respiraría y si yo no respirase, ellos no respirarían”. La Tierra es nuestro cuerpo físico, la atmósfera es nuestra respiración, las aguas son nuestra circulación. No es cierto eso de que yo estoy aquí y el mundo está allí afuera. Tenemos un cuerpo personal y un cuerpo universal y los dos son nuestros, tanto uno como el otro. Cuando nos damos cuenta de que el mundo está en nosotros, tenemos con él una relación íntima. Además podemos tener un conocimiento íntimo del mundo, y a partir de este conocimiento alcanzamos la paz con el mundo. A partir de la paz reconocemos que el mundo, el universo, es un ser consciente. Es nuestro cuerpo extendido. Cuando somos tan íntimos con nuestro cuerpo extendido como lo somos con nuestro cuerpo personal nos habla, nos podemos comunicar. Cuando entramos en comunión como un ser conciente nos sorprende con dones en forma de sincronías y de coincidencias con significado.
¿Qué significa estar sano?
El bienestar incluye el aspecto físico, espiritual, económico, social, comunitario y medioambiental. Es una experiencia holística. No creo que podamos estar realmente bien si no está bien el organismo en su totalidad. Nos hemos de considerar parte del ecosistema y del medio ambiente. Si hay contaminación en el atmósfera, lo hay también en tu cuerpo porque se recicla en tus células. Hemos de cambiar nuestro enfoque respecto a nuestra comprensión de la salud. La salud es algo sagrado.
¿Hay un receta para ser feliz?
La felicidad tiene tres componentes. El primero se remonta a la infancia. Las personas felices tienen un condicionamiento cerebral que viene de los primeros años de vida, y que les permite ver oportunidades, donde otros ven problemas. Este condicionamiento del cerebro aporta cerca del 50% de la experiencia de felicidad.
El segundo componente son los bienes materiales y la cantidad de dinero que una persona posee, aportan aproximadamente el 10% de su experiencia de felicidad total. El restante 40% proviene de las decisiones que tomamos cada día. Si las opciones son solo para el placer añadirán muy poco a la felicidad, pero si las decisiones que tomamos dan lugar a la expresión creativa o a mejorar la calidad de nuestras relaciones, entonces seremos una persona más feliz. De hecho, las investigaciones demuestran que la forma más fácil de ser feliz es hacer feliz a alguien. Si quiere tener éxito en la vida, cree las condiciones para que otras personas puedan tener éxito. Se pueden conseguir todos los deseos personales haciendo felices a otras personas.
¿Ese 50% que hemos heredado de la infancia no lo podemos cambiar? ¿Qué hacemos con esas creencias que nos limitan?
Podemos cambiar las creencias que nos están limitando a través de la reflexión, es decir, cuestionar las creencias que nos limitan, y por supuesto la meditación. Tienes que preguntarte si esta creencia está basada en algo verdadero o no, y porqué pienso que es la verdad? ¿Podría ser que no sea la verdad? ¿Qué efecto tiene el apego a esta creencia? ¿Quién sería yo sin esta creencia? ¿Cuál es el opuesto de esta creencia, podría ser más verdadero? Esta es la base de las terapias cognitivas. Las creencias vienen de las religiones, las culturas, la historia, el adoctrinamiento social.
¿Cuál es la importancia de la belleza en nuestras vidas?
La belleza y el diseño son expresiones de la naturaleza. La belleza es lo que ve un artista cuando mira hacia dentro y luego echa la mirada hacia fuera y ve un reflejo de lo que está en el interior. Creo que en el futuro tenemos que combinar la belleza, el diseño y la creatividad con el comercio porque todo el comercio que hemos visto hasta ahora partía de la explotación. Los ricos explotaban a los pobres para crear negocio, y esto se está derrumbando ahora. El futuro del comercio reside en la justicia social, la eliminación de disparidades económicas, la sostenibilidad, resolución de conflictos y la belleza entendida como una expresión de la naturaleza. Esto creará una nueva economía en el futuro, ¡espero! Porque sino estamos acabados…
¿Qué podemos hacer para evitar el cataclismo?
La única manera de resolver los problemas del mundo es dar a las personas herramientas para crear su propio bienestar. También se pueden utilizar estas herramientas para fabricar el éxito en la vida. Es menos probable que una persona que sea feliz recurra a la injusticia social o se convierta en terrorista. Si la gente está contenta con lo que hace, físicamente bien, financieramente segura y participando en la red social de su comunidad, entonces no va a estar contribuyendo en los problemas del mundo. Vivimos en un mundo donde el 50% de la población sobrevive con menos de dos dólares al día. Y el 20% con menos de un dólar al día. Mientras existan disparidades económicas de este tipo, darán lugar a los grandes conflictos, las guerras, las injusticias sociales y la insostenibilidad, donde los ricos se hacen más ricos y los pobres más pobres. Las causas más profundas de la inestabilidad mundial se encuentran en el comportamiento egoísta de los países más ricos.
¿Crees que lo que hará que se produzca un cambio en el mundo será una revolución interior?
Es la única forma. No hay otra manera.
¿Qué piensas de los cambios sociales que están sucediendo en este momento?
Son momentos muy interesantes; todo se está derrumbando. El sistema económico, catástrofes naturales que afectan a todos. Si había una erupción volcánica en Islandia hace unos 100 años, no tenía importancia. Pero hoy afecta al mundo entero. Es la economía que sufre, se cancelan los vuelos a Europa, la economía europea sufre, los aeropuertos pierden millones… todo por el volcán, en unos pocos días. La economía de Europa afecta la economía de América, que luego afecta la de China e India, y pronto tenemos al mundo entero afectado por el volcán. Fíjate en los problemas económicos de Grecia, Afganistán y Pakistán, también afectan al mundo entero. Ahora, más que nunca, tenemos que darnos cuenta que los problemas de los demás también son los míos, no hay otra forma. Los problemas de Afganistán no solo afectan a mi vecino, me afectan a mi. Tengo que cuidar a mi vecino.
¿Crees que nos dirigimos hacia una civilización empática?
Eso espero. Porque es lo único que puede funcionar. Ahora mismo somos totalmente interdependientes; económicamente y de cualquier otra forma. No hay otra solución: si no cultivamos la justicia social y una reforma económica en la que las diferencias entre ricos y pobres no incrementan, sino que se van reduciendo, si no cuidamos el medio ambiente, si no aprendemos a resolver los conflictos pacíficamente. Las guerras ahora ya no tienen ningún sentido, si China depende de los EE.UU. para su economía, ¿qué puede solucionar una guerra? Todos dependen de los demás, las guerras son obsoletas. Si un país deja de gastar dinero en asuntos militares y empieza a gastarlo en infraestructuras, el resultado es una economía mejorada.
¿Cómo podemos conectar la mente con el corazón?
¡Ya están conectados! (risas)
¿Y cómo podemos recordarlo?
La meditación, la compasión, ayudar a los demás, todo esto nos reconecta. El budismo habla de cuatro cualidades: la amabilidad, la compasión, la alegría (de los éxitos propios y ajenos) y la paz mental. Cuando nutrimos esta cualidades en la consciencia, se reconectan el corazón y la mente.
¿Cuál es el secreto de la meditación?
La clave está en la constancia, practicar regularmente. Disciplina y diligencia. Pasar 20-30 minutos o más cada día, aunque no tengas ganas lo haces. Pronto tu cuerpo te lo empieza a pedir. Yo medito una hora y media temprano, cada mañana.
¿Qué nos pasa cuando morimos?
Lo que llamamos muerte no es más que un salto cuántico de la creatividad del ser. El universo se enciende y se apaga constantemente a nivel subatómico, a nivel molecular, a nivel de los órganos. El Universo se recrea en sí mismo, estamos constantemente muriendo para recrearnos. Si algún día tuviéramos éxito para conquistar la muerte el Universo se momificaría, se quedaría estático. Es a través de la muerte como el universo se actualiza y se renueva a sí mismo. Solamente hay unas células en nuestro cuerpo que no mueren: las células cancerígenas. Esas células han olvidado como morir. Si entendemos la muerte entenderemos la vida. La muerte es el apagado y el nacimiento, el encendido. Por cada apagado hay un encendido. Si muriéramos y no nos recreáramos, seríamos la única excepción en el universo entero.
¿Cómo podemos superar el miedo a la muerte?
El miedo a la muerte se debe a la falsa identidad. La falsa identidad es el yo aislado. El yo aislado es una alucinación, no existe. Cuando superas la separación del ego, entras en una identidad transpersonal en la que no hay muerte. Eres esta persona, como un patrón no permanente del universo. Solo existe lo universal, todo lo demás es un reciclaje del universo. Si mueves tu personalidad a nivel universal, te liberas del miedo a la muerte.
¿En qué se diferencia la mente del alma?
La mente siempre es una conversación, el alma es una presencia. A esa presencia llega el pensamiento pero luego se va. En esa presencia, llega una sensación o un sentimiento y luego se va. En esa presencia, puede llegar una experiencia del mundo y luego se va. Todo llega y todo se va. Solo queda la presencia. Esa presencia se conoce como una conciencia testigo, estaba ahí cuando nacimos, la personalidad llega luego y se va. Cuando éramos adolescentes teníamos un cuerpo, una mente y una personalidad diferentes, pero la presencia era la misma. Todo eso llegó y se fue en esa conciencia testigo.
Todo es vibración. ¿Qué implica esto?
Todo es vibración, esto implica que cuando cambias tu vibración, cambias la vibración del mundo. Es la única forma de cambiar el mundo, como dijimos antes que el mundo es un espejo. Pero lo más importante en saber que todo es vibración, es que significa que todo se enciende y se apaga. Si ponemos la atención en el ON de la vibración, todo es información y energía. Pero ¿qué hay entre el ON y el OFF? Lo importante no es la vibración, sino lo que hay entre la vibración: es consciencia. Es un campo de posibilidades, un campo de creatividad, un campo de inmortalidad. El secreto del universo no está en la vibración, sino en lo que hay entre la vibración, en el vacío. La palabra técnica para describir esto es discontinuidad.
Debemos transformarnos a nosotros mismos pero ¿de qué manera y en qué dirección?
En el sentido de un despertar a una conciencia más elevada. Despertando también la intuición, creatividad, visión más elevada, comprensión de la unión inseparable entre el cuerpo y la mente. Esto se consigue a través de la sanación de las emociones y del cuerpo físico.
Somos la especie de este planeta que con más frecuencia mata a miembros de su propia especie y la única que lo hace en el nombre de dios. Pertenecemos a una especie que ha causado la extinción de otras muchas especies y que ahora corre el riesgo de extinguirse. Esta es la parte oscura de la conciencia humana y no podemos negarla. Pero a la vez, la otra parte más luminosa, nos dice que somos una especie que se pregunta ¿de dónde vengo? ¿qué me ocurre cuando muero? ¿tengo alma en mi interior? Ningún otro animal se hace estas preguntas. Este es un momento muy importante en el que podemos preguntarnos cuál es el siguiente salto de la evolución.
Uno de los grandes científicos del último siglo, el Dr. Salk, descubridor de la vacuna de la poliomelitis, al final de su vida habló de la siguiente fase de la evolución humana, la denominó la fase de la evolución metabiológica: la evolución que está más allá de la biología, es la evolución de la conciencia.
Somos la única especie que es consciente de que es consciente. Podemos preguntarnos cuál es la naturaleza de ser conscientes. El doctor Salk dijo también que en la siguiente etapa de evolución se daría la supervivencia de los más sabios, no de los más aptos. La sabiduría se convertiría en el nuevo criterio de evolución. La supervivencia del más apto está siendo una etapa muy peligrosa de nuestra evolución.
¿Cómo podemos superar la dualidad que nos habita?
Sólo explorándonos a nosotros mismos, a través de la práctica de la meditación, un entendimiento intelectual, a través del amor y de la compasión.”
Entrevista realizada por Alberto D. Fraile Oliver- Revista Namaste
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Publicado en Buscadores de la Luz
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Wednesday, January 12, 2011
Tuesday, December 21, 2010
El bosque interior
Había una vez un hombre que caminaba perdido en el sendero Espiritual. Estando paseando por el monte, solitario, triste y preocupado de cómo podría ver la luz, oyó una voz que le dijo:
-¿Dónde vas buen hombre?
Un poco asustado al oír aquella voz, contestó:
-Llevo años queriendo ver ya de una vez la Luz , pero ni la veo ni sé dónde buscarla. Sonriendo, aquella voz le dijo:- Hijo mío la luz no se busca, está siempre delante de tú, lo que pasa es que tienes un bosque de árboles entre tú y ella que no te la deja ver.
-¿Quieres decir que los árboles mentales que tengo no me dejan ver la luz?
-Así es, por lo tanto has de ir talando todos los árboles que están entre tú y la Luz, pues ellos te impiden verla.
-¿Y cómo puedo hacer eso?, le preguntó el hombre.
-Mira, te enseñare como hacerlo, siéntate en la base de ese árbol, mantente en silencio y ve observando los árboles que tienes y ver talándolos mentalmente todos y cada uno de ellos.
Así pues aquel hombre se puso manos a la obra y empezó a ver su primer árbol. Vio el árbol de la impaciencia y lo taló, luego vio el de la intolerancia e incomprensión hacia los demás, siguió cortando el árbol de la vanidad y del ego, cortó también el árbol del rencor y el no perdón a los demás, siguió con el árbol de juzgar y creer ser superior a los demás, y siguió y siguió…….
Pasado un rato la voz le dijo:- ¿Cómo vas?
El hombre le contestó:- Voy bien, acabo de talar una gran hilera de árboles que no me dejaban ver la luz, pero aun no la veo, hay otra gran fila de árboles, ¿qué árboles son estos?, preguntó el hombre.
La voz le contestó: son los mismos árboles de antes pero ahora son a nivel espiritual, son los árboles de la vanidad espiritual, intolerancia espiritual, el árbol de creerse en posesión de la verdad …. y estos árboles son peores que los anteriores, córtalos muy bien.
Así pues, el hombre siguió talando la siguiente hilera de árboles. Taló el árbol de creerse ser un elegido, de creerse maestro, taló el árbol de querer salvar al mundo, taló también el árbol de su religión y siguió y siguió.
Pasado un rato la voz le dijo:- ¿cómo vas? Acabo de talar otra gran hilera de árboles que no me dejan ver la luz, pero aun no la veo, hay otra gran hilera de árboles, ¿qué árboles son estos?, preguntó el hombre.
La voz le contestó:- estos árboles son muy importantes de talar, estos árboles te sirvieron en su momento pero ahora has de cortarlos todos, pero es decisión tuya de hacerlo o no, pues no querrás talarlos, pero ya debe ser elección tuya, así que observa bien estos árboles y decide tú que quieres hacer.
Así que el hombre observó y taló dichos árboles, taló el árbol de no creer ya en maestros ascendidos, de no creer en Ángeles, el árbol de no creer en seres de luz, en no creer en todo lo que leyó y le ensañaron, y siguió talando y talando, y aunque le costaba mucho talar tantos, pues se estaba quedando sin nada, el siguió adelante...
Pasado un rato le dijo la voz: -¿Cómo vas?
Este hombre le contestó: -Voy bien, ya se ve algo de luz, pero estoy viendo dos últimos árboles, uno es enorme y otro más normal, ¿qué hago ahora con ellos?.
La voz le dijo:- Antes de talarlos mira bien que representan dichos árboles.
El hombre se concentró y al ir a cortar el árbol más normal, vaciló y rápido fue a consultar a la voz.
Exclamó; -¡Ese árbol es mi SER, ¿cómo quieres que lo tale?.
La voz le contestó: -Si quieres ver la Luz, has de talarlo, pero eso ya es elección tuya.
Así que aquel hombre un poco asustado lo taló y se quedó sin creer en su SER.
Pasado un rato la voz le dijo: -¿Cómo vas?
-Ya he talado ese árbol, le contestó. Y la voz le preguntó ¿y aún sigues vivo?
El hombre contesto, sí.
Pues entonces sigue, le dijo la voz.
Así pues el hombre se puso a talar el último y enorme árbol que no le dejaba ver la Luz. Pero cuando fue a talarlo se dio cuenta lo que representaba el último árbol y fue corriendo a preguntar otra vez a la voz. Súper asustado aquel hombre le dijo a la voz. ¡Madre mía! ¿Tú sabes qué árbol es ese? ¡Es Mi Dios!.
-Así es, le dijo la voz, tálalo también si quieres ver la luz.
- Uf, contestó aquél hombre, eso si que me va a costar, pero lo haré.
Pasado un rato le dijo la voz: -¿Cómo vas?
-Muy bien ya veo la luz, es preciosa y todo amor, es increíble .Muchas gracias de todo corazón por ayudarme a ver la luz, le dijo el hombre entusiasmado.
-No corras tanto, le replicó la voz, aún no hemos terminado, esa luz que ves es aún un espejismo, tienes que talar el ultimo árbol para poder ver la verdadera Luz.
¿Cómo? Dijo sorprendido aquel hombre, yo no veo ningún árbol más.
- Ese es el problema, nunca veis el último árbol, Ese árbol eres tu mismo, y ves la Luz a través de tu árbol, no de tí, tálate tú y veras la luz.
Aquel hombre no podría creer lo que estaba oyendo, pero se puso en marcha y taló su propio árbol. Pasado un rato le dijo la voz:- ¿Cómo vas, ya has visto la Luz?
Y aquel hombre con todo amor, paz y felicidad, le dijo a la voz: no he visto la Luz,!!!SOY LA LUZ!!!
Autor desconocido
-¿Dónde vas buen hombre?
Un poco asustado al oír aquella voz, contestó:
-Llevo años queriendo ver ya de una vez la Luz , pero ni la veo ni sé dónde buscarla. Sonriendo, aquella voz le dijo:- Hijo mío la luz no se busca, está siempre delante de tú, lo que pasa es que tienes un bosque de árboles entre tú y ella que no te la deja ver.
-¿Quieres decir que los árboles mentales que tengo no me dejan ver la luz?
-Así es, por lo tanto has de ir talando todos los árboles que están entre tú y la Luz, pues ellos te impiden verla.
-¿Y cómo puedo hacer eso?, le preguntó el hombre.
-Mira, te enseñare como hacerlo, siéntate en la base de ese árbol, mantente en silencio y ve observando los árboles que tienes y ver talándolos mentalmente todos y cada uno de ellos.
Así pues aquel hombre se puso manos a la obra y empezó a ver su primer árbol. Vio el árbol de la impaciencia y lo taló, luego vio el de la intolerancia e incomprensión hacia los demás, siguió cortando el árbol de la vanidad y del ego, cortó también el árbol del rencor y el no perdón a los demás, siguió con el árbol de juzgar y creer ser superior a los demás, y siguió y siguió…….
Pasado un rato la voz le dijo:- ¿Cómo vas?
El hombre le contestó:- Voy bien, acabo de talar una gran hilera de árboles que no me dejaban ver la luz, pero aun no la veo, hay otra gran fila de árboles, ¿qué árboles son estos?, preguntó el hombre.
La voz le contestó: son los mismos árboles de antes pero ahora son a nivel espiritual, son los árboles de la vanidad espiritual, intolerancia espiritual, el árbol de creerse en posesión de la verdad …. y estos árboles son peores que los anteriores, córtalos muy bien.
Así pues, el hombre siguió talando la siguiente hilera de árboles. Taló el árbol de creerse ser un elegido, de creerse maestro, taló el árbol de querer salvar al mundo, taló también el árbol de su religión y siguió y siguió.
Pasado un rato la voz le dijo:- ¿cómo vas? Acabo de talar otra gran hilera de árboles que no me dejan ver la luz, pero aun no la veo, hay otra gran hilera de árboles, ¿qué árboles son estos?, preguntó el hombre.
La voz le contestó:- estos árboles son muy importantes de talar, estos árboles te sirvieron en su momento pero ahora has de cortarlos todos, pero es decisión tuya de hacerlo o no, pues no querrás talarlos, pero ya debe ser elección tuya, así que observa bien estos árboles y decide tú que quieres hacer.
Así que el hombre observó y taló dichos árboles, taló el árbol de no creer ya en maestros ascendidos, de no creer en Ángeles, el árbol de no creer en seres de luz, en no creer en todo lo que leyó y le ensañaron, y siguió talando y talando, y aunque le costaba mucho talar tantos, pues se estaba quedando sin nada, el siguió adelante...
Pasado un rato le dijo la voz: -¿Cómo vas?
Este hombre le contestó: -Voy bien, ya se ve algo de luz, pero estoy viendo dos últimos árboles, uno es enorme y otro más normal, ¿qué hago ahora con ellos?.
La voz le dijo:- Antes de talarlos mira bien que representan dichos árboles.
El hombre se concentró y al ir a cortar el árbol más normal, vaciló y rápido fue a consultar a la voz.
Exclamó; -¡Ese árbol es mi SER, ¿cómo quieres que lo tale?.
La voz le contestó: -Si quieres ver la Luz, has de talarlo, pero eso ya es elección tuya.
Así que aquel hombre un poco asustado lo taló y se quedó sin creer en su SER.
Pasado un rato la voz le dijo: -¿Cómo vas?
-Ya he talado ese árbol, le contestó. Y la voz le preguntó ¿y aún sigues vivo?
El hombre contesto, sí.
Pues entonces sigue, le dijo la voz.
Así pues el hombre se puso a talar el último y enorme árbol que no le dejaba ver la Luz. Pero cuando fue a talarlo se dio cuenta lo que representaba el último árbol y fue corriendo a preguntar otra vez a la voz. Súper asustado aquel hombre le dijo a la voz. ¡Madre mía! ¿Tú sabes qué árbol es ese? ¡Es Mi Dios!.
-Así es, le dijo la voz, tálalo también si quieres ver la luz.
- Uf, contestó aquél hombre, eso si que me va a costar, pero lo haré.
Pasado un rato le dijo la voz: -¿Cómo vas?
-Muy bien ya veo la luz, es preciosa y todo amor, es increíble .Muchas gracias de todo corazón por ayudarme a ver la luz, le dijo el hombre entusiasmado.
-No corras tanto, le replicó la voz, aún no hemos terminado, esa luz que ves es aún un espejismo, tienes que talar el ultimo árbol para poder ver la verdadera Luz.
¿Cómo? Dijo sorprendido aquel hombre, yo no veo ningún árbol más.
- Ese es el problema, nunca veis el último árbol, Ese árbol eres tu mismo, y ves la Luz a través de tu árbol, no de tí, tálate tú y veras la luz.
Aquel hombre no podría creer lo que estaba oyendo, pero se puso en marcha y taló su propio árbol. Pasado un rato le dijo la voz:- ¿Cómo vas, ya has visto la Luz?
Y aquel hombre con todo amor, paz y felicidad, le dijo a la voz: no he visto la Luz,!!!SOY LA LUZ!!!
Autor desconocido
Wednesday, December 15, 2010
Historia de una pequeña Alma -Publicado por Jesús-
HABIA UNA VEZ UNA pequeña Alma que dijo a Dios:
- ¡Ya sé quien soy! Y Dios le contestó:
- ¡Maravilloso! ¿Quién eres?
La pequeña alma contestó a toda voz. ¡Soy la luz!
Dios sonrió ampliamente:
- Así es – exclamó - Tú eres la Luz.
La pequeña alma estaba felíz, porque había comprendido lo que todas las almas del reino trataban de entender.
-¡Hurra! ¡Esto es fantástico¡
Pero poco después ya no le bastó con saber quien era. Sentía cierta inquietud en su interior, porque quería ser lo que era.
Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas:
-¡Hola, Dios! Ahora que ya se quien soy, ¿es bueno serlo?
Dios respondió:
-¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?
-Pues… verás. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente. Quiero sentir como es ser la luz.
-Pero si ya eres la luz -Repitió Dios, sonriendo otra vez-.
-¡Si, pero quiero saber como se siente serlo! -exclamó la pequeña alma.
-Creo que debí imaginármelo -repuso Dios, riendo-, Tu siempre has sido la más aventurera- y, tras un instante, la expresión de Dios cambió-
pero hay una cuestión…
-¿Qué es? preguntó la almita.
-…Que no existe otra cosa además de la luz. No creé otra cosa que lo que tú misma eres. Así, no hay un modo sencillo para que experimentes Quien eres, puesto que no hay nada que no seas.
-¿Cómo?- repuso la Pequeña Alma inocente, estaba un poco confundida.
-Piénsalo de este modo. Eres como una vela en el sol. Ya estas allá, junto con millones y millones de otras velas que forman el sol.
Y el sol no podría serlo sin ti, porque le faltaría una de sus velas, y así no podría brillar tanto. Pero saber que eres la luz estando dentro de la luz… ese es el problema.
-Tu eres Dios, ¡ya se te ocurrirá algo!
Dios volvió a sonreír:
-Ya pensé en algo. Puesto que no puedes sentirte la Luz al estar en ella, te rodearé de oscuridad.
-¿Qué es la oscuridad?
-Es aquello que tú no eres.
-¿Tendré miedo de la oscuridad?- gimió la almita.
-Solo si así lo quieres- respondió Dios- A decir verdad, no hay nada que temer, a menos que así lo decidas. Nosotros inventamos todo eso. Fingimos.
-¡Ah!- exclamó la pequeña alma, que ya se estaba sintiendo mejor.
Entonces Dios explico que, para poder experimentar cualquier cosa, se requiere de su opuesto.
-Ese es un gran don, porque sin el no podrías conocer como es todo lo demás. No podrías saber que es lo Caliente sin lo frío, el Arriba sin el Abajo, lo Rápido sin lo lento. No podrías saber que es la izquierda sin la derecha, el Acá sin el Allá, el Ahora sin el Después. “Y así - concluyó Dios -, al verte envuelta en la oscuridad, no cierres el puño ni alces la voz para maldecirla.
“Mas bien, sé Luz entre las tinieblas,y no te enojes por ello. De ese modo sabrás Quien Eres Realmente, y también los demás, lo sabrán.
Permite que tu luz brille para que todos sepan que eres alguien muy especial.
-¿Quieres decir que está bien que los demás sepan que soy alguien muy especial?- inquirió la Pequeña Alma.
-¡Por supuesto!- rió Dios- ¡Está muy bien! Pero recuerda que “especial” no quiere decir “mejor”.¡ Todos son especiales, cada uno a su modo!
Pero hay muchos que no lo recuerdan. Entenderán que esta bien que sean especiales solo cuando tu mismo sepas que esta bien ser especial.
- ¡Fantástico! - exclamó la almita, quien bailaba, reía y daba saltos de felicidad.- ¡Puedo ser todo lo especial que quiera!
- Si, y puedes serlo a partir de ahora mismo - agrego Dios, quien bailaba y saltaba y reía con la pequeña Alma.- ¿Qué parte de lo especial quieres ser?
- ¿Qué parte de lo especial? No te entiendo.
- Verás… - le explicó Dios- : ser la Luz es ser especial, y eso esta hecho de muchas partes. Ser generoso es ser especial. Ser amable es ser especial. Ser creativo es ser especial. Ser paciente es ser especial.
¿Se te ocurren otros modos de ser especial? La pequeña Alma quedó en silencio por un instante:
- ¡Se me ocurren muchas formas de ser especial! - Exclamó luego - Es especial ayudar a los demás. Es especial compartir. Y ser amistoso también es ser especial. ¡Ser considerado con los demás es ser especial!
- ¡Así es! - concordó Dios. - Y tu puedes ser todas esas cosas, o cualquier otra parte de lo especial que desees ser, en cualquier momento. Eso significa ser la Luz.
- ¡Ya se lo que quiero ser! - anunció la Pequeña Alma, muy emocionada.
- Quiero ser la parte de lo especial llamada “perdonar”. ¿No es especial perdonar?
- Oh, si - aseguro Dios - Eso es muy especial.
- Entonces, eso quiero ser. Quiero perdonar. Quiero experimentarme a mi misma de ese modo.
- Bien - dijo Dios - Pero hay algo que debes saber. - La Pequeña Alma comenzaba a impacientarse. Parecía que siempre había complicaciones -
- ¿De qué se trata? - suspiró.
- No hay nadie a quien perdonar.
-¿Nadie? - la Pequeña Alma apenas podía creer lo que estaba oyendo.
-¡Nadie! - repitió Dios - Todo cuanto hice es perfecto. No hay una sola alma en toda la creación que sea menos perfecta que tu. Mira a tu alrededor.
Entonces la Pequeña Alma se dió cuenta de que se había reunido una gran multitud. De todo largo y ancho, de todos los rincones del Reino, habían venido almas, porque se había corrido la voz de que la Pequeña alma sostenía una extraordinaria conversación con Dios, y todos querían oír lo que decían. Viendo a las incontables almas reunidas, la almita tuvo que coincidir: nadie parecía ser menos maravilloso, menos magnifico o menos perfecto que ella misma. Tal era el esplendor de las almas reunidas y tan brillante era su Luz, que la Pequeña Alma apenas podía sostener su mirada.
-¿A quién perdonar entonces? - preguntó Dios.
-¡Oh, creo que esto será muy aburrido!. - Gruñó la almita - . Quería experimentarme como El Que Perdona. Quería saber como es esa parte de lo especial.
Y, así, supo como es estar triste. Pero entonces un Alma amistosa salió de entre la multitud:
- No te preocupes Pequeña - le dijo- Yo te ayudaré.
-¿De verdad? - replicó, con el rostro iluminado - ¿Pero que puedes hacer?
- Puedo darte a alguien para que lo perdones.
-¿Puedes?
- ¡Desde luego! - canturreo el Alma amistosa - Puedo ir a tu siguiente vida y hacer algo para que lo perdones.
- Pero… ¿Por qué habrías de hacerlo? - preguntó la Pequeña Alma—. ¡Tú que eres un Ser de tan absoluta perfección! Tú que vibras con gran rapidez creando una luz tan brillante que apenas puedo verla! ¿Qué
podría hacer que frenaras tu vibración hasta que tu luz se hiciera oscura y densa? ¿Qué podrías hacer tú, que eres tan ligera como para bailar en las estrellas y desplazarte por el Reino a la velocidad del pensamiento, entrarás a mi vida y te volverás pesada como para hacer una cosa tan mala?
- Es muy fácil - repuso el Alma Amistosa- Lo haría porque te amo.
A la Pequeña Alma le sorprendió la respuesta.
- No te asombres - le dijo el Alma Amistosa - Tu hiciste lo mismo por mi. ¿No lo recuerdas? Hemos bailado juntas muchas veces, por eones y eras. Durante todos los tiempos y en muchos lugares hemos jugado juntas. Simplemente no lo recuerdas, Ambas hemos sido todas las cosas.
Ya fuimos el Arriba y el Abajo, la Izquierda y la Derecha. Fuimos el Acá y el Allá, el Ahora y el Después, Fuimos lo Masculino y lo Femenino, lo Bueno y lo Malo. Tú y yo Fuimos la víctima y el villano.
-Así, nos hemos reunido muchas veces – continuó - la una dando a la otra la oportunidad exacta y perfecta para expresar y experimentar Quienes Somos Realmente.
De ese modo - añadió el Alma Amistosa - llegaré a tu próxima vida y seré el “malo”. Haré algo realmente terrible, y entonces podrás experimentarte como El Que Perdona.
-¿Qué harás? - preguntó la Pequeña Alma, un poco nerviosa - ¿Qué puede ser tan terrible?
- Oh, ya pensaremos en algo - replicó el Alma amistosa, con un guiño. Segundos después, pareció tornarse muy seria y murmuró:
- Tienes razón en algo.
-¿En qué? - quiso saber la almita.
- Tendré que frenar mi vibración y hacerme muy pesada para hacer ese algo no tan bueno, Fingiré que soy alguien muy distinto a quien realmente soy. Por eso te pediré un favor a cambio.
- ¡Si, lo que quieras - exclamó la Pequeña Alma y comenzó a cantar y bailar - Podré perdonar, podré perdonar!
Pero notó que el Alma Amistosa seguía muy callada.
-¿Qué quieres? - le preguntó- ¿Qué puedo hacer por tí? ¡Eres todo un ángel por estar dispuesta a hacer tal cosa por mí!
- ¡Claro que el Alma Amistosa es un ángel! - interrumpió Dios- ¡Todos lo son! Siempre recuerda eso: que sólo Ángeles os envío.
Y así, la Pequeña Alma quiso mas que nunca satisfacer la petición del Alma amistosa:
- ¿Que puedo hacer por ti? - volvió a preguntar.
- En el momento que te golpee y te despedace - repuso el Alma Amistosa
- Cuando te hago lo peor que pudieras imaginarte, en ese mismo instante…
- ¿Qué? - interrumpió la Pequeña Alma - ¿Qué…?
El Alma amistosa esta aún mas seria:
- Recuerda quien soy realmente.
-¡Si, así será! - exclamó el Alma Inocente - ¡Te lo prometo! Siempre te recordaré tal y como te veo aquí y ahora.
- Muy bien - repuso el Alma Amistosa - porque pondré tanto empeño en fingir, que olvidare quien soy. Y si tú no me recuerdas como soy realmente, no podré acordarme durante mucho tiempo. Y si olvido quien
soy, incluso tu olvidarás Quien Eres, y las dos estaremos perdidas.
Entonces necesitaremos que venga otra alma para que nos recuerde a Ambas Quienes Somos.
- ¡No, no será así! - prometió otra vez la Pequeña alma - ¡Te recordaré! Y te agradeceré por darme ese don, la oportunidad de experimentarme como Quien Soy.
Así acordaron, y La Pequeña Alma fue hacia una nueva vida, emocionada por ser la Luz, que era muy especial, y por ser esa parte de lo especial que se llama Perdonar. Y esperó ansiosamente poder
experimentarse como Perdón y agradecer lo que hiciera la otra alma para que fuera posible. En todo momento de esta vida, cada vez que apareció en escena una nueva alma, ya fuera que trajese felicidad o pesar ( y especialmente si traía pesar), la Pequeña Alma pensó en lo que Dios le dijo:
“Siempre recuerda que no os envío mas que Ángeles”
HABIA UNA VEZ UNA pequeña Alma que dijo a Dios:
- ¡Ya sé quien soy! Y Dios le contestó:
- ¡Maravilloso! ¿Quién eres?
La pequeña alma contestó a toda voz. ¡Soy la luz!
Dios sonrió ampliamente:
- Así es – exclamó - Tú eres la Luz.
La pequeña alma estaba felíz, porque había comprendido lo que todas las almas del reino trataban de entender.
-¡Hurra! ¡Esto es fantástico¡
Pero poco después ya no le bastó con saber quien era. Sentía cierta inquietud en su interior, porque quería ser lo que era.
Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas:
-¡Hola, Dios! Ahora que ya se quien soy, ¿es bueno serlo?
Dios respondió:
-¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?
-Pues… verás. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente. Quiero sentir como es ser la luz.
-Pero si ya eres la luz -Repitió Dios, sonriendo otra vez-.
-¡Si, pero quiero saber como se siente serlo! -exclamó la pequeña alma.
-Creo que debí imaginármelo -repuso Dios, riendo-, Tu siempre has sido la más aventurera- y, tras un instante, la expresión de Dios cambió-
pero hay una cuestión…
-¿Qué es? preguntó la almita.
-…Que no existe otra cosa además de la luz. No creé otra cosa que lo que tú misma eres. Así, no hay un modo sencillo para que experimentes Quien eres, puesto que no hay nada que no seas.
-¿Cómo?- repuso la Pequeña Alma inocente, estaba un poco confundida.
-Piénsalo de este modo. Eres como una vela en el sol. Ya estas allá, junto con millones y millones de otras velas que forman el sol.
Y el sol no podría serlo sin ti, porque le faltaría una de sus velas, y así no podría brillar tanto. Pero saber que eres la luz estando dentro de la luz… ese es el problema.
-Tu eres Dios, ¡ya se te ocurrirá algo!
Dios volvió a sonreír:
-Ya pensé en algo. Puesto que no puedes sentirte la Luz al estar en ella, te rodearé de oscuridad.
-¿Qué es la oscuridad?
-Es aquello que tú no eres.
-¿Tendré miedo de la oscuridad?- gimió la almita.
-Solo si así lo quieres- respondió Dios- A decir verdad, no hay nada que temer, a menos que así lo decidas. Nosotros inventamos todo eso. Fingimos.
-¡Ah!- exclamó la pequeña alma, que ya se estaba sintiendo mejor.
Entonces Dios explico que, para poder experimentar cualquier cosa, se requiere de su opuesto.
-Ese es un gran don, porque sin el no podrías conocer como es todo lo demás. No podrías saber que es lo Caliente sin lo frío, el Arriba sin el Abajo, lo Rápido sin lo lento. No podrías saber que es la izquierda sin la derecha, el Acá sin el Allá, el Ahora sin el Después. “Y así - concluyó Dios -, al verte envuelta en la oscuridad, no cierres el puño ni alces la voz para maldecirla.
“Mas bien, sé Luz entre las tinieblas,y no te enojes por ello. De ese modo sabrás Quien Eres Realmente, y también los demás, lo sabrán.
Permite que tu luz brille para que todos sepan que eres alguien muy especial.
-¿Quieres decir que está bien que los demás sepan que soy alguien muy especial?- inquirió la Pequeña Alma.
-¡Por supuesto!- rió Dios- ¡Está muy bien! Pero recuerda que “especial” no quiere decir “mejor”.¡ Todos son especiales, cada uno a su modo!
Pero hay muchos que no lo recuerdan. Entenderán que esta bien que sean especiales solo cuando tu mismo sepas que esta bien ser especial.
- ¡Fantástico! - exclamó la almita, quien bailaba, reía y daba saltos de felicidad.- ¡Puedo ser todo lo especial que quiera!
- Si, y puedes serlo a partir de ahora mismo - agrego Dios, quien bailaba y saltaba y reía con la pequeña Alma.- ¿Qué parte de lo especial quieres ser?
- ¿Qué parte de lo especial? No te entiendo.
- Verás… - le explicó Dios- : ser la Luz es ser especial, y eso esta hecho de muchas partes. Ser generoso es ser especial. Ser amable es ser especial. Ser creativo es ser especial. Ser paciente es ser especial.
¿Se te ocurren otros modos de ser especial? La pequeña Alma quedó en silencio por un instante:
- ¡Se me ocurren muchas formas de ser especial! - Exclamó luego - Es especial ayudar a los demás. Es especial compartir. Y ser amistoso también es ser especial. ¡Ser considerado con los demás es ser especial!
- ¡Así es! - concordó Dios. - Y tu puedes ser todas esas cosas, o cualquier otra parte de lo especial que desees ser, en cualquier momento. Eso significa ser la Luz.
- ¡Ya se lo que quiero ser! - anunció la Pequeña Alma, muy emocionada.
- Quiero ser la parte de lo especial llamada “perdonar”. ¿No es especial perdonar?
- Oh, si - aseguro Dios - Eso es muy especial.
- Entonces, eso quiero ser. Quiero perdonar. Quiero experimentarme a mi misma de ese modo.
- Bien - dijo Dios - Pero hay algo que debes saber. - La Pequeña Alma comenzaba a impacientarse. Parecía que siempre había complicaciones -
- ¿De qué se trata? - suspiró.
- No hay nadie a quien perdonar.
-¿Nadie? - la Pequeña Alma apenas podía creer lo que estaba oyendo.
-¡Nadie! - repitió Dios - Todo cuanto hice es perfecto. No hay una sola alma en toda la creación que sea menos perfecta que tu. Mira a tu alrededor.
Entonces la Pequeña Alma se dió cuenta de que se había reunido una gran multitud. De todo largo y ancho, de todos los rincones del Reino, habían venido almas, porque se había corrido la voz de que la Pequeña alma sostenía una extraordinaria conversación con Dios, y todos querían oír lo que decían. Viendo a las incontables almas reunidas, la almita tuvo que coincidir: nadie parecía ser menos maravilloso, menos magnifico o menos perfecto que ella misma. Tal era el esplendor de las almas reunidas y tan brillante era su Luz, que la Pequeña Alma apenas podía sostener su mirada.
-¿A quién perdonar entonces? - preguntó Dios.
-¡Oh, creo que esto será muy aburrido!. - Gruñó la almita - . Quería experimentarme como El Que Perdona. Quería saber como es esa parte de lo especial.
Y, así, supo como es estar triste. Pero entonces un Alma amistosa salió de entre la multitud:
- No te preocupes Pequeña - le dijo- Yo te ayudaré.
-¿De verdad? - replicó, con el rostro iluminado - ¿Pero que puedes hacer?
- Puedo darte a alguien para que lo perdones.
-¿Puedes?
- ¡Desde luego! - canturreo el Alma amistosa - Puedo ir a tu siguiente vida y hacer algo para que lo perdones.
- Pero… ¿Por qué habrías de hacerlo? - preguntó la Pequeña Alma—. ¡Tú que eres un Ser de tan absoluta perfección! Tú que vibras con gran rapidez creando una luz tan brillante que apenas puedo verla! ¿Qué
podría hacer que frenaras tu vibración hasta que tu luz se hiciera oscura y densa? ¿Qué podrías hacer tú, que eres tan ligera como para bailar en las estrellas y desplazarte por el Reino a la velocidad del pensamiento, entrarás a mi vida y te volverás pesada como para hacer una cosa tan mala?
- Es muy fácil - repuso el Alma Amistosa- Lo haría porque te amo.
A la Pequeña Alma le sorprendió la respuesta.
- No te asombres - le dijo el Alma Amistosa - Tu hiciste lo mismo por mi. ¿No lo recuerdas? Hemos bailado juntas muchas veces, por eones y eras. Durante todos los tiempos y en muchos lugares hemos jugado juntas. Simplemente no lo recuerdas, Ambas hemos sido todas las cosas.
Ya fuimos el Arriba y el Abajo, la Izquierda y la Derecha. Fuimos el Acá y el Allá, el Ahora y el Después, Fuimos lo Masculino y lo Femenino, lo Bueno y lo Malo. Tú y yo Fuimos la víctima y el villano.
-Así, nos hemos reunido muchas veces – continuó - la una dando a la otra la oportunidad exacta y perfecta para expresar y experimentar Quienes Somos Realmente.
De ese modo - añadió el Alma Amistosa - llegaré a tu próxima vida y seré el “malo”. Haré algo realmente terrible, y entonces podrás experimentarte como El Que Perdona.
-¿Qué harás? - preguntó la Pequeña Alma, un poco nerviosa - ¿Qué puede ser tan terrible?
- Oh, ya pensaremos en algo - replicó el Alma amistosa, con un guiño. Segundos después, pareció tornarse muy seria y murmuró:
- Tienes razón en algo.
-¿En qué? - quiso saber la almita.
- Tendré que frenar mi vibración y hacerme muy pesada para hacer ese algo no tan bueno, Fingiré que soy alguien muy distinto a quien realmente soy. Por eso te pediré un favor a cambio.
- ¡Si, lo que quieras - exclamó la Pequeña Alma y comenzó a cantar y bailar - Podré perdonar, podré perdonar!
Pero notó que el Alma Amistosa seguía muy callada.
-¿Qué quieres? - le preguntó- ¿Qué puedo hacer por tí? ¡Eres todo un ángel por estar dispuesta a hacer tal cosa por mí!
- ¡Claro que el Alma Amistosa es un ángel! - interrumpió Dios- ¡Todos lo son! Siempre recuerda eso: que sólo Ángeles os envío.
Y así, la Pequeña Alma quiso mas que nunca satisfacer la petición del Alma amistosa:
- ¿Que puedo hacer por ti? - volvió a preguntar.
- En el momento que te golpee y te despedace - repuso el Alma Amistosa
- Cuando te hago lo peor que pudieras imaginarte, en ese mismo instante…
- ¿Qué? - interrumpió la Pequeña Alma - ¿Qué…?
El Alma amistosa esta aún mas seria:
- Recuerda quien soy realmente.
-¡Si, así será! - exclamó el Alma Inocente - ¡Te lo prometo! Siempre te recordaré tal y como te veo aquí y ahora.
- Muy bien - repuso el Alma Amistosa - porque pondré tanto empeño en fingir, que olvidare quien soy. Y si tú no me recuerdas como soy realmente, no podré acordarme durante mucho tiempo. Y si olvido quien
soy, incluso tu olvidarás Quien Eres, y las dos estaremos perdidas.
Entonces necesitaremos que venga otra alma para que nos recuerde a Ambas Quienes Somos.
- ¡No, no será así! - prometió otra vez la Pequeña alma - ¡Te recordaré! Y te agradeceré por darme ese don, la oportunidad de experimentarme como Quien Soy.
Así acordaron, y La Pequeña Alma fue hacia una nueva vida, emocionada por ser la Luz, que era muy especial, y por ser esa parte de lo especial que se llama Perdonar. Y esperó ansiosamente poder
experimentarse como Perdón y agradecer lo que hiciera la otra alma para que fuera posible. En todo momento de esta vida, cada vez que apareció en escena una nueva alma, ya fuera que trajese felicidad o pesar ( y especialmente si traía pesar), la Pequeña Alma pensó en lo que Dios le dijo:
“Siempre recuerda que no os envío mas que Ángeles”
Sunday, December 05, 2010
Claves para amarse uno mismo de Borja Vilaseca
Nuestra independencia emocional depende de aprender a ser felices por nosotros mismos. Esta es la conquista más difícil y la más necesaria.
Cuenta una leyenda que en un pasado remoto los seres humanos éramos dioses. Pero abusamos tanto de nuestros privilegios, que la vida decidió retirarnos este poder y esconderlo hasta que realmente hubiéramos madurado.
El comité de eruditos de la vida sugirió enterrar el poder de la divinidad bajo tierra, en el fondo de los océanos, en la luna... La vida desechó todas estas opciones: “Veo que ignoráis hasta qué punto los seres humanos son tozudos. Explorarán, excavarán o gastarán una fortuna en naves para intentar conquistar el espacio hasta dar con el escondite”.
El comité de eruditos se quedó sin saber qué decir. “Según lo que afirmas, no hay lugar donde los seres humanos no vayan a mirar nunca”. Tras escuchar estas palabras, la vida tuvo una revelación. “¡Ya lo tengo! ¡Esconderemos el poder de la divinidad en lo más profundo de su corazón, pues es el único lugar donde a muy pocos se les ocurrirá buscar!”.
¿QUÉ HAY DE NOSOTROS?
“No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma” (Irene Orce)
Muchos de nosotros todavía no hemos encontrado ese poder que andamos buscando. Al vivir desconectados de nuestro corazón, intuimos que nos falta algo esencial para ser felices. De ahí que haya personas que no soporten estar consigo mismas, sin hacer nada, a solas con su vacío interior. Y dado que la sociedad nos condiciona para creer que el amor hacia nosotros mismos es un acto de egoísmo, vanidad y narcisismo, solemos esperar que los demás nos amen para dejar de sentirnos incompletos e insatisfechos.
Pero esta búsqueda está condenada al fracaso, pues es precisamente nuestra conexión interna lo único que falta en nuestra vida. Más allá del placer y la satisfacción temporal que nos proporcionan el éxito y la respetabilidad, así como el consumo y el entretenimiento, lo que en realidad necesitamos para ser felices ya se encuentra en nuestro corazón. Seamos honestos: ¿cuánto tiempo, dinero y energía dedicamos en conocernos, cuidarnos y mimarnos? ¿Cuándo fue la última vez que sentimos paz? ¿Qué hemos hecho recientemente para amarnos?
Como en cualquier otro ámbito de la vida, gozar de un saludable bienestar emocional es una cuestión de comprensión, compromiso y entrenamiento.
DE LA ESCASEZ A LA ABUNDANCIA
“La vida te trata tal y como tú te tratas a ti mismo” (Louise L. Hay)
Amarse a uno mismo no tiene nada que ver con sentimentalismos ni cursilerías. Se trata de un asunto bastante más serio. Al hablar de amor, nos referimos a los pensamientos, palabras, actitudes y comportamientos que nos profesamos a nosotros mismos. Así, amarnos es sinónimo de escucharnos, atendernos, aceptarnos, respetarnos, valorarnos y, en definitiva, ser amables con nosotros en cada momento y frente a cualquier situación.
El primer paso para amarnos consiste en conocernos, comprendiendo cómo funcionamos para diferenciar lo que deseamos de lo que verdaderamente necesitamos para ser felices. Y aunque en un primer momento lo parezca, este proceso de autoconocimiento no es un fin en sí mismo. Es el medio que nos permite adueñarnos de nuestra mente, superando a través de la aceptación y el amor nuestros miedos, complejos y frustraciones.
Emocionalmente hablando, solo podemos compartir con los demás aquello que primero hemos cultivado en nuestro corazón. Si no aprendemos a ser felices de forma autónoma e independiente, es imposible que podamos ser cómplices de la felicidad de las personas que nos rodean. No en vano, al vivir tiranizados por nuestras carencias, nos relacionamos desde la escasez, pendientes de que los demás nos den eso que no hemos sabido darnos. Por el contrario, al conectar con nuestra fuente interna de bienestar y dicha, entramos en la vida de los demás desde la abundancia, ofreciéndoles lo mejor de nosotros sin necesitar ni esperar nada a cambio.
ILUMINAR NUESTRA SOMBRA
“La luz es demasiado dolorosa para quienes viven en la oscuridad” (Eckhart Tolle)
Por más buenos que creamos ser, todos funcionamos mediante creencias, motivaciones, aspiraciones, deseos, actitudes y conductas egocéntricas, muchas de las cuales no queremos ver ni reconocer. Por eso, cuando alguien señala nuestros defectos y debilidades solemos ponernos a la defensiva. Más allá de esta reacción infantil, la madurez emocional pasa por comprender y aceptar nuestro lado oscuro, al que los psicólogos denominan “sombra”. Paradójicamente, así es como podemos trascenderlo, dejando de proyectar nuestros conflictos internos sobre los demás y sobre el mundo que nos rodea.
Amarse a uno mismo también consiste en sanar las heridas emocionales derivadas de nuestros conflictos internos. Dado que somos especialistas en huir del dolor, al llegar a la edad adulta solemos tapar y protegernos de dichas heridas tras una máscara del agrado de los demás. Y de tanto llevarla puesta, corremos el riesgo de olvidarnos quiénes éramos antes de ponérnosla. Así, para poder ir pelando las capas de la cebolla que nos separan de nuestra verdadera esencia, es muy recomendable adentrarnos en la meditación.
No en vano, el silencio y la soledad permiten que aflore nuestra verdad. Basta con que de vez en cuando dediquemos un rato a estar solos, sin ruidos ni distracciones, observando todas aquellas sensaciones que vayan brotando en nuestro interior, por muy molestas y desagradables que sean. Esta incomodidad –a la que solemos etiquetar como “aburrimiento”– pone de manifiesto que no estamos conectados con nuestro corazón. Y en vez de evitar a toda costa entrar en contacto con nuestro malestar, el aprendizaje consiste en armarnos de valentía para traspasar esta cortina de dolor a través de la aceptación. De hecho, solo cuando lo canalizamos de forma consciente y constructiva podemos liberarnos de su presencia.
DEJAR DE AUTOPERTURBARNOS
“Cuando te amas a ti mismo dejas de encontrar motivos para luchar, sufrir y entrar en conflicto con la vida” (Gerardo Schmedling)
Cuando tomamos el compromiso de amarnos, lo que en verdad estamos asumiendo es la responsabilidad de crear en nuestro interior los resultados de bienestar que antes solíamos delegar en factores externos. Y esto pasa por cuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación. También por encontrar un sano equilibrio entre la actividad, el descanso y la relajación. E incluso por elegir con quién nos relacionamos y a qué nos dedicamos profesionalmente. El síntoma más evidente de que estamos cultivando el amor hacia nosotros mismos es un aumento notable de nuestra energía vital, lo que mejora nuestra salud física y emocional.
Además, al llevar un estilo de vida coherente y equilibrado podemos enfrentarnos al mayor reto de todos: recuperar el control sobre nuestra mente. Solo así podemos nutrir y reforzar nuestra autoestima. Y esto pasa por dejar de perturbarnos por no alcanzar el ideal de la persona que deberíamos ser, al tiempo que comenzamos a aceptarnos y amarnos por la persona que somos.
Al adueñarnos de nuestros pensamientos nos convertimos en los creadores de nuestra experiencia interior. Es decir, de nuestras emociones, sentimientos y estados de ánimo. Y al adueñarnos de nuestra experiencia interior nos convertimos en los amos de nuestro destino. Se sabe que nos amamos cuando ningún comentario, hecho o situación provoca que reaccionemos mecánica e instintivamente. Metafóricamente, a esta “libertad psicológica” también se la denomina “el poder de la divinidad”.
LA VERDADERA RIQUEZA
“Solo poseemos aquello que no podemos perder en un naufragio” (Proverbio hindú)
Cuenta una historia que un viajero había llegado a las afueras de una aldea y acampó bajo un árbol para pasar la noche. De pronto, llegó corriendo un joven que, entusiasmado, le gritó: “¡Dame la piedra preciosa!” El viajero lo miró desconcertado y le preguntó: “Lo siento, pero no sé de qué me hablas”. Más calmado, el aldeano se sentó a su vera. “Ayer por la noche una voz me habló en sueños”, le confesó. “Y me aseguró que si al anochecer venía a las afueras de la aldea, encontraría a un viajero que me daría una piedra preciosa que me haría rico para siempre”.
El viajero rebuscó en su bolsa y extrajo una piedra del tamaño de un puño. “Probablemente se refería a ésta. Me pareció bonita y por eso la cogí. Tómala, ahora es tuya”, dijo, mientras se la entregaba al joven. ¡Era un diamante! El aldeano, eufórico, lo cogió y regresó a su casa dando saltos de alegría.
Mientras el viajero dormía plácidamente bajo el cielo estrellado, el joven no podía pegar ojo. El miedo a que le robaran su tesoro le había quitado el sueño y pasó toda la noche en vela. Al amanecer, fue de nuevo corriendo en busca de aquel viajero. Nada más verlo, le devolvió el diamante. Y muy seriamente, le suplicó: “Por favor, enséñame a conseguir la riqueza que te permite desprenderte de este diamante con tanta facilidad”.
PARA CULTIVAR EL AMOR
1. LIBRO ‘El arte de la meditación, de Matthieu Ricard (Urano). Un libro de fácil lectura y muy útil para aquellos que estén interesados en conocer más en profundidad qué es, cómo se practica y cuáles son los beneficios de la meditación.
2. PELÍCULA ‘Alice’, de Woody Allen. Una comedia que narra la historia de una mujer que al desvivirse por su marido y sus hijos se ha olvidado de atender y cuidar su mundo interior. Y de cómo a raíz de conocer a un excéntrico médico e hipnotizador descubrirá que la raíz de sus problemas es la falta de amor hacia sí misma.
3. MÚSICA Cualquier disco de Deva Premal & Miten, cuyas canciones son una invitación a adentrarnos en la relajación solos o en compañía.
Cuenta una leyenda que en un pasado remoto los seres humanos éramos dioses. Pero abusamos tanto de nuestros privilegios, que la vida decidió retirarnos este poder y esconderlo hasta que realmente hubiéramos madurado.
El comité de eruditos de la vida sugirió enterrar el poder de la divinidad bajo tierra, en el fondo de los océanos, en la luna... La vida desechó todas estas opciones: “Veo que ignoráis hasta qué punto los seres humanos son tozudos. Explorarán, excavarán o gastarán una fortuna en naves para intentar conquistar el espacio hasta dar con el escondite”.
El comité de eruditos se quedó sin saber qué decir. “Según lo que afirmas, no hay lugar donde los seres humanos no vayan a mirar nunca”. Tras escuchar estas palabras, la vida tuvo una revelación. “¡Ya lo tengo! ¡Esconderemos el poder de la divinidad en lo más profundo de su corazón, pues es el único lugar donde a muy pocos se les ocurrirá buscar!”.
¿QUÉ HAY DE NOSOTROS?
“No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma” (Irene Orce)
Muchos de nosotros todavía no hemos encontrado ese poder que andamos buscando. Al vivir desconectados de nuestro corazón, intuimos que nos falta algo esencial para ser felices. De ahí que haya personas que no soporten estar consigo mismas, sin hacer nada, a solas con su vacío interior. Y dado que la sociedad nos condiciona para creer que el amor hacia nosotros mismos es un acto de egoísmo, vanidad y narcisismo, solemos esperar que los demás nos amen para dejar de sentirnos incompletos e insatisfechos.
Pero esta búsqueda está condenada al fracaso, pues es precisamente nuestra conexión interna lo único que falta en nuestra vida. Más allá del placer y la satisfacción temporal que nos proporcionan el éxito y la respetabilidad, así como el consumo y el entretenimiento, lo que en realidad necesitamos para ser felices ya se encuentra en nuestro corazón. Seamos honestos: ¿cuánto tiempo, dinero y energía dedicamos en conocernos, cuidarnos y mimarnos? ¿Cuándo fue la última vez que sentimos paz? ¿Qué hemos hecho recientemente para amarnos?
Como en cualquier otro ámbito de la vida, gozar de un saludable bienestar emocional es una cuestión de comprensión, compromiso y entrenamiento.
DE LA ESCASEZ A LA ABUNDANCIA
“La vida te trata tal y como tú te tratas a ti mismo” (Louise L. Hay)
Amarse a uno mismo no tiene nada que ver con sentimentalismos ni cursilerías. Se trata de un asunto bastante más serio. Al hablar de amor, nos referimos a los pensamientos, palabras, actitudes y comportamientos que nos profesamos a nosotros mismos. Así, amarnos es sinónimo de escucharnos, atendernos, aceptarnos, respetarnos, valorarnos y, en definitiva, ser amables con nosotros en cada momento y frente a cualquier situación.
El primer paso para amarnos consiste en conocernos, comprendiendo cómo funcionamos para diferenciar lo que deseamos de lo que verdaderamente necesitamos para ser felices. Y aunque en un primer momento lo parezca, este proceso de autoconocimiento no es un fin en sí mismo. Es el medio que nos permite adueñarnos de nuestra mente, superando a través de la aceptación y el amor nuestros miedos, complejos y frustraciones.
Emocionalmente hablando, solo podemos compartir con los demás aquello que primero hemos cultivado en nuestro corazón. Si no aprendemos a ser felices de forma autónoma e independiente, es imposible que podamos ser cómplices de la felicidad de las personas que nos rodean. No en vano, al vivir tiranizados por nuestras carencias, nos relacionamos desde la escasez, pendientes de que los demás nos den eso que no hemos sabido darnos. Por el contrario, al conectar con nuestra fuente interna de bienestar y dicha, entramos en la vida de los demás desde la abundancia, ofreciéndoles lo mejor de nosotros sin necesitar ni esperar nada a cambio.
ILUMINAR NUESTRA SOMBRA
“La luz es demasiado dolorosa para quienes viven en la oscuridad” (Eckhart Tolle)
Por más buenos que creamos ser, todos funcionamos mediante creencias, motivaciones, aspiraciones, deseos, actitudes y conductas egocéntricas, muchas de las cuales no queremos ver ni reconocer. Por eso, cuando alguien señala nuestros defectos y debilidades solemos ponernos a la defensiva. Más allá de esta reacción infantil, la madurez emocional pasa por comprender y aceptar nuestro lado oscuro, al que los psicólogos denominan “sombra”. Paradójicamente, así es como podemos trascenderlo, dejando de proyectar nuestros conflictos internos sobre los demás y sobre el mundo que nos rodea.
Amarse a uno mismo también consiste en sanar las heridas emocionales derivadas de nuestros conflictos internos. Dado que somos especialistas en huir del dolor, al llegar a la edad adulta solemos tapar y protegernos de dichas heridas tras una máscara del agrado de los demás. Y de tanto llevarla puesta, corremos el riesgo de olvidarnos quiénes éramos antes de ponérnosla. Así, para poder ir pelando las capas de la cebolla que nos separan de nuestra verdadera esencia, es muy recomendable adentrarnos en la meditación.
No en vano, el silencio y la soledad permiten que aflore nuestra verdad. Basta con que de vez en cuando dediquemos un rato a estar solos, sin ruidos ni distracciones, observando todas aquellas sensaciones que vayan brotando en nuestro interior, por muy molestas y desagradables que sean. Esta incomodidad –a la que solemos etiquetar como “aburrimiento”– pone de manifiesto que no estamos conectados con nuestro corazón. Y en vez de evitar a toda costa entrar en contacto con nuestro malestar, el aprendizaje consiste en armarnos de valentía para traspasar esta cortina de dolor a través de la aceptación. De hecho, solo cuando lo canalizamos de forma consciente y constructiva podemos liberarnos de su presencia.
DEJAR DE AUTOPERTURBARNOS
“Cuando te amas a ti mismo dejas de encontrar motivos para luchar, sufrir y entrar en conflicto con la vida” (Gerardo Schmedling)
Cuando tomamos el compromiso de amarnos, lo que en verdad estamos asumiendo es la responsabilidad de crear en nuestro interior los resultados de bienestar que antes solíamos delegar en factores externos. Y esto pasa por cuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación. También por encontrar un sano equilibrio entre la actividad, el descanso y la relajación. E incluso por elegir con quién nos relacionamos y a qué nos dedicamos profesionalmente. El síntoma más evidente de que estamos cultivando el amor hacia nosotros mismos es un aumento notable de nuestra energía vital, lo que mejora nuestra salud física y emocional.
Además, al llevar un estilo de vida coherente y equilibrado podemos enfrentarnos al mayor reto de todos: recuperar el control sobre nuestra mente. Solo así podemos nutrir y reforzar nuestra autoestima. Y esto pasa por dejar de perturbarnos por no alcanzar el ideal de la persona que deberíamos ser, al tiempo que comenzamos a aceptarnos y amarnos por la persona que somos.
Al adueñarnos de nuestros pensamientos nos convertimos en los creadores de nuestra experiencia interior. Es decir, de nuestras emociones, sentimientos y estados de ánimo. Y al adueñarnos de nuestra experiencia interior nos convertimos en los amos de nuestro destino. Se sabe que nos amamos cuando ningún comentario, hecho o situación provoca que reaccionemos mecánica e instintivamente. Metafóricamente, a esta “libertad psicológica” también se la denomina “el poder de la divinidad”.
LA VERDADERA RIQUEZA
“Solo poseemos aquello que no podemos perder en un naufragio” (Proverbio hindú)
Cuenta una historia que un viajero había llegado a las afueras de una aldea y acampó bajo un árbol para pasar la noche. De pronto, llegó corriendo un joven que, entusiasmado, le gritó: “¡Dame la piedra preciosa!” El viajero lo miró desconcertado y le preguntó: “Lo siento, pero no sé de qué me hablas”. Más calmado, el aldeano se sentó a su vera. “Ayer por la noche una voz me habló en sueños”, le confesó. “Y me aseguró que si al anochecer venía a las afueras de la aldea, encontraría a un viajero que me daría una piedra preciosa que me haría rico para siempre”.
El viajero rebuscó en su bolsa y extrajo una piedra del tamaño de un puño. “Probablemente se refería a ésta. Me pareció bonita y por eso la cogí. Tómala, ahora es tuya”, dijo, mientras se la entregaba al joven. ¡Era un diamante! El aldeano, eufórico, lo cogió y regresó a su casa dando saltos de alegría.
Mientras el viajero dormía plácidamente bajo el cielo estrellado, el joven no podía pegar ojo. El miedo a que le robaran su tesoro le había quitado el sueño y pasó toda la noche en vela. Al amanecer, fue de nuevo corriendo en busca de aquel viajero. Nada más verlo, le devolvió el diamante. Y muy seriamente, le suplicó: “Por favor, enséñame a conseguir la riqueza que te permite desprenderte de este diamante con tanta facilidad”.
PARA CULTIVAR EL AMOR
1. LIBRO ‘El arte de la meditación, de Matthieu Ricard (Urano). Un libro de fácil lectura y muy útil para aquellos que estén interesados en conocer más en profundidad qué es, cómo se practica y cuáles son los beneficios de la meditación.
2. PELÍCULA ‘Alice’, de Woody Allen. Una comedia que narra la historia de una mujer que al desvivirse por su marido y sus hijos se ha olvidado de atender y cuidar su mundo interior. Y de cómo a raíz de conocer a un excéntrico médico e hipnotizador descubrirá que la raíz de sus problemas es la falta de amor hacia sí misma.
3. MÚSICA Cualquier disco de Deva Premal & Miten, cuyas canciones son una invitación a adentrarnos en la relajación solos o en compañía.
Tuesday, November 16, 2010
Yo soy
Yo soy quien quieras que tu pienses, porque depende de tí. Si me miras con tus ideas, seré de una forma, tus ideas me colorean. Si me miras con prejuicios, seré de otra manera. Soy un espejo, solo tu rostro se verá reflejado en mí. Si quieres saber quién soy, deberás estar tan vacío como yo, dos espejos mirándose mutuamente, reflejando un vacío infinito.
haciendonos conscientes
- Usa el reloj en la muñeca contraria.
- Cepillate los dientes con la otra mano.
- Camina por casa de espaldas.
- Vistete con los ojos cerrados.
- Estimula el paladar con cosas diferentes.
- Mira las fotos al reves.
- Mira la hora en el espejo.
- cambia rutas de paseo.
- y mas dependiendo da cada inventiva.
- Cepillate los dientes con la otra mano.
- Camina por casa de espaldas.
- Vistete con los ojos cerrados.
- Estimula el paladar con cosas diferentes.
- Mira las fotos al reves.
- Mira la hora en el espejo.
- cambia rutas de paseo.
- y mas dependiendo da cada inventiva.
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