Tuesday, September 08, 2009

La actitud frente a las adversidades

La actitud lo es todo frente a las adversidades

¿Te has dado cuenta que siempre que afrontas una adversidad, tú estás presente de un modo u otro? ¿No te dice eso algo al respecto?
Quizás, la pregunta debería ser: ¿Sin mí, esto sería un problema? Fíjate que no digo que sin ti no ocurra, porque tal vez lo que está ocurriendo ocurra de todos modos; simplemente sugiero que tu modo de vivir la situación es determinante para que la califiques como una "adversidad".

Darle la vuelta a las adversidades
En chino, la palabra crisis se utiliza tanto para referirse a una adversidad como a una oportunidad. Son conceptos análogos. Algunas personas aprovechan su oportunidad, y otras la dejan pasar quedándose únicamente con el dolor de la adversidad pero no con su regalo.
Hasta que una nueva adversidad, tal vez mayor, surja y deban afrontar de nuevo la oportunidad: transformarse a sí mismos o lamentar la situación.
La forma que la adversidad poco importa: una quiebra, una enfermedad, una separación, una pérdida, un accidente... Lo importante en esto es "la persona en la que te transformas".
Las adversidades son alquimia y un proceso espiritual, enseñan a descubrir recursos que se desconocían hasta la fecha, te conducen a recuperar tu poder personal y a tomar posesión de él.
Es como si en tu interior se produjera un traspaso de poder del temor al amor. Y tu centro de gravedad gravitara del uno a otro. Algo que quizá no habría ocurrido de ningún otro modo.

Por qué resistirse a las dificultades imposibilita el cambio
Es obvio que las dificultades siempre son incómodas. La actitud humana suele ser resistente a lo incómodo, incluso si la incomodidad proporcionará un cambio para mejor.
Es una gran paradoja: sabemos que la adversidad saca lo mejor de cada uno; y sin embargo, por otro lado, nos resistimos a afrontada. El resultado final es una gran frustración por no hacer precisamente lo que sabemos que hay que hacer: saltar por encima de la dificultad y no quedarse frente a ella.
De las lecturas de S. Freud, se desprende que muchos de sus pacientes, que acudían a terapia, estaban imbuidos de un deseo de mejora pero aún así él psicólogo se daba cuenta de que la mayoría de ellos no mejoraban con el transcurso de las sesiones.
Finalmente el psicólogo vienés se dio cuenta de que todo el problema consistía en el hecho de que sus pacientes no querían mejorar, lo único que pretendían era amortiguar los efectos para que no fueran tan insoportables.
A esta dinámica contradictoria Freud la llamó: resistencia.

Seguramente te preguntarás cómo es posible que una persona pueda resistirse a algo que supone un bien para ella misma. La respuesta es que la resistencia es un acto inconsciente, no consciente, y supone un acto sutil de sabotaje a lo que puede mejorar su vida. Pero, ¿por qué alguien iba a actuar en contra de lo que puede mejorar su vida? La explicación es que cuando alguien cambia tiene que mudar o dejar atrás una forma de ser, tiene que desprenderse de ideas y creencias y también de hábitos, y eso no es cómodo.
Así que con la mera comprensión intelectual de cualquier dificultad no va a ser suficiente para resolverla.
Muchas personas entienden perfectamente su problema; y sin embargo, como no hacen nada, la dificultad no se resuelve. Un médico sabe que fumar no le hace bien, y algunos fuman.
A todas las personas resistentes les digo que antes de centrarse en cambiar sus comportamientos revisen sus resistencias para que puedan soltar su dificultad.
Muchos lectores se preguntarán: ¿cómo puedo eliminar mis resistencias? La respuesta es simplemente buscándolas, descubriéndolas, desenmascarándolas...
En este sentido nadie puede escapar de sus resistencias a menos que las examine; ya que si no las examina, las está protegiendo y se convierte en cómplice de ellas.
La mayoría de las personas utilizan estrategias de resistencia o defensivas y esto sólo las conduce a "más de lo mismo". Muchas personas buscan cambios solamente en apariencia pero no en profundidad; es decir, buscan "cambios que no son cambios".
Formula de rescate ante las adversidades
Cuando te halles ante una adversidad, hazte buenas preguntas para hacer que ese problema no suponga una adversidad nunca más. No lo soluciones por esta vez, sino de una vez por todas, para siempre. Di algo así:

· Si esto no es lo que quiero, entonces: ¿qué es lo que quiero de verdad?
· ¿Qué clase de persona no atrae este tipo de adversidades?
· ¿Para quién esto no es un problema?
· ¿Qué empeora la situación?
· ¿Qué haría la persona más sabia del mundo en esta situación?
· Si solucioné esto antes, ¿cómo lo hice?


Tómate un tiempo antes de responder, indaga en tu alma, ella sabe la respuesta y te enseñará que la única dificultad es: "ser la misma de siempre".
Convierte "lo malo" en "lo bueno", si lo haces así no habrás perdido en absoluto. Imagino que estarás pensando: ¿qué hay de bueno en una pérdida? Tal vez allí, entonces y en ese contexto no hay nada bueno, de acuerdo; pero te animo a observar más allá, a través del tiempo, y descubrirás que en otro contexto, en otro tiempo y de otra manera habrás ganado algo.
La vida es equilibrio y toda desventaja esconde una ventaja, y al revés también es verdad. La visión cuántica del mundo exige descontextualizar las experiencias negativas para en un salto quántico, enmarcarlas en otro tiempo y espacio. Y allí, por fin, todo adquiere sentido.

Raimon Samsó, autor, formador y coach. www.raimonsamso.com info@raimonsamso.com

No comments: